Con independencia del valor intrínseco de la obra “The Most Electrified Town in Finland”, de Mika Taanila, vista en dOCUMENTA (13) 2012 Kassel (Alemania), que mostramos en este screening, llamó la atención la forma de exhibición por el empleo del recurso multipantalla, y lo que es más importante para nosotros, por la contextualización del trabajo cinematográfico conectándolo con una instalación en otra sala que mezcla la exhibición de otra película de Mika Taamila: “Sommerreise”, 2006 (esta vez mostrada en una micro tv), un documental sobre Erkki Kurenniemi —científico nuclear, compositor, inventor de instrumentos electrónicos musicales, cineasta experimental, especialista en robótica industrial—, que se puede ver al lado de objetos correspondientes a trabajos de este científico artista, así como tecnología de la información obsoleta exhibida a modo de restos arqueológicos, todo ello en la Orangerie de Kassel que alberga el Kabinett der Astronomie und Physik.
Parece como si el arte contemporáneo, así como los centros que lo albergan, después de confundirse con un museo de antropología —como hemos tenido oportunidad de ver en la última Triennale celebrada en el Palais de Tokio, y antes en muchos otros ejemplos, desde la gran muestra que inaugura la introducción de la preocupación etnológica en el campo del arte al calor de los planteamientos descolonizadores “Magiciens de la terre” (1989) que tuvo lugar en el templo del arte moderno el Centre Pompidou—, ahora se mimetiza con un Museo de las Ciencias. Se pudo ver en dOCUMENTA (13) 2012, en el caso citado de la exhibición de trabajos de Mika Taanila, y también con la exhibición de trabajos de otro científico Alexander Tarakhovsky con su instalación “Epigenetic Reset” (en una sala del principal edificio que alberga la dOCUMENTA, el Museum Fridericianum, junto a pinturas de Salvador Dali).(1) Parece que son celebradas las estrategias que rompen el cerco de ensimismamiento al que fue condenado el arte bajo el imperio del paradigma moderno y su extrañamiento con respecto a la vida. Aun cuando se trate del establecimiento de relaciones con la realidad pasada por el filtro del museo.
La puesta en escena del trabajo de Mika Taamila “Sommerreise”, 2006, en el contexto del Kabinett der Astronomie und Physik en la Orangerie de Kassel, en particular en la sección de óptica, que contiene una importante colección de aparatos fotográficos y cinematográficos que han desempeñado un papel relevante en la configuración del dispositivo de generación, emisión y percepción de imágenes en el pasado analógico, se puede ver aquí. La película documenta la visita que Mika Taanila hizo a Erkki Kurenniemi, un conversador inagotable que al final de sus días, a causa de una apoplejía, perdió el habla, resultando trágicos e inútiles sus esfuerzos por hacerse entender (en una película que, muy apropiadamente, es muda). La película, y su contexto, nos recuerdan el final de muchas cosas (que es a un tiempo el anuncio del nacimiento de muchas otras, en otros lugares).
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(1) Nosotros mismos en la Fundación La Posta hemos practicado este tipo de cruce entre arte y ciencia con la exhibición de la obra de Regina de Miguel: “Knowledge never comes alone / El conocimiento nunca viene solo”, 2013. Se puede ver aquí.