Nuestro patrimonio arquitectónico es un elemento de identidad cultural y de gran riqueza colectiva. El estudio del mismo debe ser importante para la difusión, conocimiento y disfrute de las futuras generaciones. Son muchos los edificios con interés en la ciudad de Valencia que no disponen de un adecuado estudio. De igual modo ocurre con un gran número de arquitectos, con obra de gran trascendencia en esos años, que no tienen una monografía propia.
La Segunda República tuvo una influencia muy concreta y supuso un gran impulso hacia la consecución de la modernidad arquitectónica y urbanística del país, condicionada por los nuevos materiales o técnicas constructivas y las nuevas necesidades sociales. El final de la contienda bélica trajo consigo, en muchos aspectos, la eliminación de todo resquicio de modernidad en la arquitectura del país. La década de los cuarenta estuvo determinada por el aislamiento político y la autarquía económica del régimen franquista. Estos factores provocaron un parón en la actividad productiva española y la escasez de los bienes de consumo.
Los esfuerzos de renovación arquitectónica quedaron relegados por el régimen franquista. El desarrollo de la arquitectura racionalista, que había aparecido en los últimos años de la República, fue casi simbólica tras la Guerra Civil, sobre todo en el discurso oficial. La arquitectura española se encaminó hacia la formulación de su propio estilo nacional, con la vista puesta a la arquitectura imperial. Es una vuelta al tradicionalismo clasicista de signo académico, un arte tradicionalista de elementos historicistas, regionalistas o eclécticos. Madrid será el escaparate de esta nueva arquitectura nacional al servicio de las instituciones.
En la década de los cincuenta el historicismo de signo ecléctico evoluciona hacia un estilo más moderno, coincidiendo con el fin de la autarquía y la apertura al exterior. La progresiva implantación de este estilo vendrá acompañada de la importación de nuevos materiales y técnicas constructivas. También se produce una vuelta al estilo racionalista por parte de algunos arquitectos. Las razones que explican esta apertura tienen su origen en la débil situación de la economía nacional, forzada a solicitar créditos bancarios internacionales y a liberalizar las importaciones.
La política social se convierte en el principal componente de propaganda del régimen para construir el ideario de comunidad nacional entre los españoles. La vivienda aparece como uno de los pilares fundamentales de ese sistema y un instrumento de propaganda eficaz en la promoción del régimen franquista. Esta política dejará su influjo en el contexto social y desarrollista de las ciudades, teniendo una serie de consecuencias sobre el paisaje y el entorno de las mismas. Entre los factores que determinan este influjo expansionista, y también la rápida implementación de la vivienda social en España, se encuentra el salto emigratorio definitivo del campo a la ciudad por parte de miles de personas en un transcurso progresivo y constante, la concepción de la ciudad como macrourbe o las diferentes políticas públicas.
Algunos precedentes de vivienda social pueden encontrarse en algunos países europeos como Países Bajos, Alemania o Austria. Son ejemplos paradigmáticos las höfe presentes en Viena, las hofjes de Ámsterdam o el complejo Fuggerei de Augsburgo. El desarrollo y características de estas construcciones vienen determinados por factores como su emplazamiento, la dimensión del solar o los materiales utilizados.
La exposición “25 Años de Arquitectura Moderna en Valencia (1950-1975)” plantea una reflexión sobre los distintos modos o ideas de concebir el urbanismo o la arquitectura de la ciudad desde el pensamiento contemporáneo, haciendo testigo al visitante del conjunto de cambios transformadores producidos en la sociedad moderna de ese cuarto de siglo. La exposición, comisariada por Alejandro Chust, historiador del arte y profesional especializado en la rama de Patrimonio Cultural, trata de sintetizar la arquitectura de ese cuarto de siglo, en su diversidad de estilos, funciones y procedimientos constructivos, a través de algunos ejemplos arquitectónicos o grupos de viviendas relevantes, tanto de promoción pública como privada. La selección se ha hecho en base a criterios estilísticos, tipológicos y cronológicos. Todo para recopilar algunas de las principales corrientes arquitectónicas de aquellos años que nos servirán de guía para crear la síntesis de la arquitectura de esos años y recorrer los principales cambios en materia de vivienda y urbanismo producidos en la ciudad de Valencia a lo largo del tercer cuarto del siglo veinte.
25 años de Arquitectura Moderna en Valencia (1950-1975). Texto completo