“Ay voz secreta del amor oscuro” es un viaje visual emprendido por Jesús Martínez Oliva tomando como punto de partida el célebre poemario de Federico García Lorca, Sonetos del amor oscuro. El proyecto expositivo presenta dos estratos interconectados producto de varias incursiones por los entresijos de la poética homosexual lorquiana. Por un lado, recoge las ilustraciones concebidas para los once sonetos del mencionado poemario para la edición realizada por la editorial Flores Raras en 2018, por otro una instalación escultórica realizada exprofeso para la presente muestra.
Lorca inició la escritura de estos sonetos en la València de 1935 durante su visita para la representación de Yerma en el Teatro Principal. El tortuoso recorrido hasta su publicación íntegra, cincuenta años después de su creación, supuso uno de los capítulos más destacados de la homofobia cultural de nuestro país. La clara inspiración homosexual del poemario hizo que el propio Lorca albergara alguna duda sobre la conveniencia de su publicación en vida, poco después, su fusilamiento y la dictadura franquista hicieron el resto. No fue hasta la vuelta a la democracia en el Estado español a finales del siglo pasado cuando por fin vieron la luz. Aparecieron en el ABC, en el año 1984, en un número especial dedicado a esta obra inédita hasta ese momento en nuestro país. Eso sí, sufriendo mutilaciones por parte de sus editores y de la familia que decidieron suprimir el adjetivo “oscuro” en el título, dejándolo en un genérico Sonetos de amor (sic). A su vez, se eliminaron todas las referencias a la homosexualidad en los análisis de la obra que acompañaron a los poemas. Lo oscuro fue interpretado como una referencia a los martirios del amor, el amor que mata o hace morir o el amor de los místicos, obviando en todo momento que este amor es una velada alusión a la homosexualidad.
De la inagotable riqueza conceptual y literaria de estos sonetos emanan las ilustraciones aquí presentadas que inciden precisamente en la especificidad homosexual de dicho amor. Éstas conforman un conjunto de visiones y sentimientos de diverso signo ―a veces opuestos― sobre el “amor oscuro”, que van desde el sufrimiento por carecer de libertad para amar, al miedo a la persecución social o el punzante dolor causado por el amor no correspondido, hasta expresiones de un encendido deseo sexual marcadamente homoerótico. En estos once collages se agolpan amores escondidos en la oscuridad de la noche, imágenes de multitudes increpadoras y amenazantes, martirologios del desamor, pero también el culto a la belleza de las estatuas, dalias enviadas al amante, cuerpos destrozados tras la pasión amorosa, paloma y tigre como amantes entregados a una devoradora pasión, orgásmica sangre derramada, aromáticas azucenas sobre la cintura, nevada melodía esparciendo copos sobre la hermosura del torso del amante, jardines con sus rincones secretos como propicios escenarios para la pasión y el placer homosexual…
Nos encontramos ante un amor que no puede expresarse de forma abierta a nivel social pero que tiene una “voz secreta”, subterránea, cuyo torrente parece irrefrenable para una incipiente “cultura homosexual”, paradoja que viene a condensar las experiencias en torno a la homosexualidad en la España de finales de los años 20 y principios de los 30 y más concretamente en el ámbito de la generación del 27. El lenguaje de Lorca está entreverado de zigzagueos, de ocultar y mostrar, de un decir de forma velada tras encriptadas metáforas de corte surrealizante, compartiendo con sus compañeros de generación unos códigos y unas sensibilidades que sólo pueden “entenderse” tras la experiencia del armario.
La colección de obra gráfica se acompaña con una pieza central a modo de instalación escultórica en la que, sobre un manto de ceniza, símbolo para Lorca de la voz quemada, o de la voz silenciada (también puede conectarse con los homosexuales quemados en la hoguera), se presentan tres piezas (Duelo de mordiscos y azucenas, Bebe en muslo de miel sangre vertida y Estremecimiento blanquecino), centradas en iconografías relacionadas con el imaginario lorquiano de exaltación del éxtasis del placer homosexual.
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Jesús Martínez Oliva es profesor de escultura en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Murcia y artista. Ha investigado tanto a nivel teórico como desde la práctica artística la problemática de la articulación de las identidades desde la perspectiva del género y la sexualidad. Es autor del libro El desaliento del guerrero, representaciones de la masculinidad en el arte de los 80 y 90, CENDEAC, 2005, así como de numerosos ensayos y artículos de investigación (https://um-es.academia.edu/JesusMartinezOliva).
Como artista, ha mostrado su trabajo en diversas exposiciones individuales (Fluidos discontinuos, Espai 13 de la Fundación Joan Miró, Barcelona, 1994; Jesús Martínez Oliva. Sujeciones, La Gallera, Valencia, 1998; Jesús Martínez Oliva, Sala Verónicas, Murcia, 2005; La escuela del miedo, Pepe Cobo, Madrid, 2010), así como colectivas (Héroes caídos. Masculinidad y representación, Espai d’Art Contemporani de Castelló, 2002; The Gendered City. Urban Space and Gender Construction, Unit 2 Gallery, London Metropolitan University / Palacio Aguirre, Cuenca, 2004; En todas partes, políticas de la diferencia sexual en el arte, CGAC, 2009; The Fear Society, Pabellón de la urgencia, 53ª Bienal de Venecia, 2009; Genealogías feministas en el arte español: 1960-2010, Musac, 2012; Nuestro deseo es una revolución, Imágenes de la diversidad sexual en el estado español, Centro Centro, Madrid, 2017; Tiempos Convulsos. Historias y microhistorias en la colección del IVAM, IVAM, Valencia, 2019; Coreografías del género, CCCB, Barcelona, 2019).