Norma van Elburg–Jessurum nació en Surinam (1938) pero pronto marchó a Curaçao, que por entonces era la capital de las Antillas Neerlandesas, y cuando tuvo edad de ir al Instituto marchó a los Países Bajos. Allí conoció a su marido y padre de sus hijos, con quien se casó en 1963. Por aquel entonces los Países Bajos no eran el país próspero, abierto y moderno que es hoy en día: no conocían a Elvis Presley. Una sorpresa para Norma que venía del Caribe, donde se hacía sentir una fuerte influencia de la cultura norteamericana, aunque en las islas de Curaçao, Surinam y Aruba se hablara una mezcla de español, portugués y la lengua venida de África con los esclavos (el papiamento). Como su marido era un alto funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores, pronto empezó su deambular por distintos países de América: primero en las Antillas Neerlandesas (entre 1975 y 1983), México (1985-1990), Chile (1990-1994). En cada nuevo destino Norma fue mejorando su quehacer pictórico aprendiendo de artistas locales. En Curaçao con Luigi Pinedo y en Santiago de Chile con Juan Calderón, Natty Parera y Hernán Larraín. Este último sería miembro de la Academia de Bellas Artes del Instituto de Chile en Santiago.
Entre los maestros de Norma van Elburg-Jessurun en Curaçao estuvo el afamado pintor Luigi Pinedo. En este recorte de prensa, el periódico local da cuenta el 31 de julio de 1995 de la “Aventura artística en el Museo” de Curaçao, con la presencia del pintor Luigi Pinedo, el escritor Guillermo Rosario y el pianista Johnny Kleinmoedig, quien tradujo en notas musicales los colores de Pinedo.
Hernán Larraín, óleo sobre tela, 120 x 80 cm
De su larga carrera hemos seleccionado para esta muestra obras de algunas series particularmente relevantes, como son la correspondiente a retratos, flores, algún abstracto… Llama particularmente la atención los retratos, que están tomados “del natural”. Esto es, sobre la base de fotografías, hechas con consentimiento de los protagonistas. En algún caso con un poco de mala gana, lo cual se ha reflejado en el retrato, que es a la postre el mejor de todos. Los hay de hombres y mujeres de Chile, de México y de Guatemala, a donde Norma viajó con asiduidad mientras residía en México. Se trata de retratos con una composición extremadamente clásica, como los pintados por encargo. Aunque en este caso no ha habido encargo, sino interés en reflejar el mundo que tenía a su alrededor. Que no son solo paisajes.
De entre todas las obras seleccionadas, destaca con mucha fuerza una de 1993. No tiene título, está pintada en Santiago de Chile. Se compone de un jarrón con unas flores, algunas manzanas sobre la mesa y una cabeza de yeso. Por entonces estaba recibiendo clases de, entre otros, Hernán Larrain, un pintor de influencias cubistas y en general de las Vanguardias del primer tercio del siglo XX. Allí aprendió a hacer las “veladuras”, técnica imprescindible cuando se pinta con color blanco. El resultado tiene un aire metafísico, entre Cezanne y Chirico.
Algunas de las pinturas en la exposición, de la serie de bodegones, parece que no estuvieran terminadas. Se exhiben sin enmarcar para reforzar ese efecto. Son pasteles sobre papel (una técnica que Norma utiliza normalmente en los retratos). El papel está, en ocasiones, recortado en bruto. Nada de esto desmerece. Antes al contrario, nos habla de la pulsión en la mano, de toda una vida trasladándose a la obra.
En 2002 Norma se trasladó a vivir a España, a El Moralet, una pedanía del municipio de Alicante, caracterizada por la forma como se ha llevado a cabo la parcelación de los terrenos, con origen en cuatro grandes fincas de terratenientes locales. Carece de un centro reconocible desde que en 2008 cerró el colegio (ahora solo queda la ermita de San Antonio de Padua). Una zona mayoritariamente de extranjeros, transeúntes, feriantes… que van buscando tranquilidad, el clima y un paisaje árido de una belleza muy contemporánea.
Desde El Moralet Norma se ha integrado en la vida cultural y artística de Alicante. Pertenece a la Asociación de Artistas Alicantinos, en cuyo seno participó en la exposición “Creando juntos 2015” que tuvo lugar en la Lonja del Pescado; así como en otras exposiciones, en el Casino Mediterráneo, en 2011, donde mostró su serie de retratos de hombres y mujeres de México, Guatemala y Chile; en la sala de exposiciones municipal de El Pinós, en octubre de 2005; en una subasta solidaria en 2020 para recaudar fondos para las beneficiarias de la asociación Afrikable. Etc. Además de dar clases de pintura en su residencia. Sus obras se encuentran en colecciones particulares de EEUU, Francia, Argentina, Suiza. Está representada por la galería Rommy’s Gallery, con sede en Barendrecht (junto a Róterdam), que, entre otros artistas representados, hace de mediadora para los recién graduados de la Academia de Arte Nola Hatterman en Surinam, mediante la promoción y venta de obras de arte en rommysgallery.com.
“Retrospectief” de Norma van Elburg–Jessurum se puede visitar en Fundación La Posta entre el 3 de marzo y el 1 de abril (durante la semana de Fallas la sala permanecerá cerrada). Durante ese tiempo habrá una velada musical, en una fecha aún por determinar. Como en las “aventuras artísticas” en Curaçao.