Fundación La Posta vuelve a mostrar pintura y la capacidad que aún tiene de emocionar, a pesar de los cambios tecnológico acelerados en los que estamos inmersos y su increíble capacidad de crear imágenes. Quizá sea el añadido táctil que proporciona la relación directa con la materia pictórica, lo que ahora llamamos el mundo analógico, que echamos en falta especialmente después del largo periodo de mascarillas y distancia social.
Volvemos a la pintura y lo hacemos con una retrospectiva de la obra de la artista holandesa (aunque nacida en Surinam) Norma van Elburg-Jessurun, que incluye pintura realizada desde el inicio de su carrera artística en los años setenta del siglo pasado en lo que entonces se conocía como las Antillas Neerlandesas, pasando por pintura hecha en los años ochenta en México y Guatemala, en los años noventa en Chile, y, finalmente, a partir de 2002, desde El Moralet, Alicante. Lo cual le da a la retrospectiva una dimensión temporal y geográfica muy amplia, incorporando imágenes procedentes de culturas muy diferentes, realizadas bajo las enseñanzas muchas veces de artistas locales (algunos de gran renombre, como Luigi Pinedo en Curaçao o Hernán Larraín en Santiago de Chile) con los que ha compartido y enriquecido su bagaje de conocimiento y experiencia en el arte de la pintura.
De su larga carrera hemos seleccionado para esta muestra obras de algunas series particularmente relevantes, como son la correspondiente a retratos, flores, algún abstracto… [se puede ver una pequeña muestra arriba en el carrusel]. Llama particularmente la atención los retratos, que están tomados “del natural”. Esto es, sobre la base de fotografías, hechas con consentimiento de los protagonistas. Se trata de retratos con una composición extremadamente clásica, como los pintados por encargo. Aunque en este caso no ha habido encargo, sino interés en reflejar el mundo que tenía a su alrededor.
De entre todas las obras seleccionadas, destaca con mucha fuerza una de 1993. No tiene título, está pintada en Santiago de Chile. Se compone de un jarrón con unas flores, algunas manzanas sobre la mesa y una cabeza de yeso. Por entonces estaba recibiendo clases de, entre otros, Hernán Larrain, un pintor de influencias cubistas y en general de las Vanguardias del primer tercio del siglo XX. Allí aprendió a hacer las “veladuras”, técnica imprescindible cuando se pinta con color blanco. El resultado tiene un aire metafísico, entre Cezanne y Chirico.
Durante todos estos años Norma ha ido exponiendo su obra por donde pasaba y en la actualidad sus trabajos forman parte de colecciones particulares en EEUU, Francia, Argentina, Suiza. Está representada por la galería rommy’s gallery, con sede en Barendrecht (junto a Róterdam).
“Retrospectief” de Norma van Elburg–Jessurum se puede visitar en Fundación La Posta entre el 3 de marzo y el 1 de abril (durante la semana de Fallas la sala permanecerá cerrada). Durante ese tiempo habrá una velada musical, en una fecha aún por determinar. Como en las “aventuras artísticas” en Curaçao.