En ocasiones, situaciones extremas sirven de acicate a la imaginación humana. A principios del siglo XX, algunos hombres de la ciudad de Valencia, hartos de pasar hambre ellos y sus familias, deciden buscar fortuna (o por lo menos comer), estableciéndose en los años 30 del siglo pasado en unas barracas junto a la gola del Perellonet, y deciden dedicarse a la pesca de la angula. Fueron los primeros en España en tener esa idea, y para llevarla a cabo ingeniaron un artefacto único en su clase: el monot.
En otros relatos se hace referencia a que esos hombres podían ser trabajadores de la industria siderúrgica de Sagunto. La familiaridad con el utillaje pudiera estar en la base del desarrollo de ese ingenio. También debió incidir de manera notable en el desarrollo de la actividad, la aparición en los años 40 del siglo pasado en el poblado de El Perellonet de Marcelino Azpíroz, un pescador guipuzkoano, el cual fundaría años más tarde la empresa Angulas Aguinaga, S.A., con sede en esa localidad de Guipuzkoa. Cuando descubrió la actividad que se desarrollaba en El Perellonet, Marcelino Azpíroz se presentó en El Perellonet (sus descendientes reconocen que fue en El Perellonet el primer lugar en el que se pescó la angula) y firmó un contrato con los pescadores locales por el que se quedaba con toda la pesca de angula del invierno por 5 pesetas el kilo. Este hecho fue el que, sin lugar a dudas, debió de dar un gran impulso a la pesca de la angula con el monot recién ingeniado.
Las casas de los pescadores de angulas
Indisociablemente unido al desarrollo de la actividad de la pesca de la angula, y del nacimiento y crecimiento del poblado de El Perellonet, es el conjunto de casitas caracterizadas por tener por cubierta un arco con forma de catenaria. Estas casitas tienen su origen en las gestiones realizadas, hacia finales de los años 40, por parte de Pascual Díez de Rivera y Casares, II Marqués de Valterra, quien durante la II República fue fundador del Instituto Social de la Marina. Después de la Guerra Civil se implicaría en la sustitución de las barracas que venían utilizando los pescadores de las angulas por unas viviendas que han caracterizado El Perellonet desde su construcción entre los años 1952 y 1953. Construidas con el fin de mejorar las condiciones de vida de estos pescadores. Se trata de una promoción del Ministerio de la Vivienda sobre terrenos cedidos por D. Eduardo Ferrer con un proyecto del arquitecto Carlos de Miguel González (quien sería director de la Revista Nacional de Arquitectura desde 1948 hasta 1973). Conocidas como Grupo Residencial Marqués de Valterna, se trata de un grupo de casitas cuya característica principal es la forma de su cubierta, que ha recibido tradicionalmente el nombre de “arco de Ctesiphonte”, por el Palacio de Invierno de los Reyes partos que gobernaron Persia del 247 a.C. al 224 d.C. La inspiración para el proyecto de las casitas de los pescadores de angulas de El Perellonet probablemente provenga de la publicación en 1940 de la fotografía de las ruinas de este Palacio que hizo el escritor Roald Dahl, el cual se encontraba por entonces recibiendo entrenamiento como piloto de la RAF cerca de Bagdad, y sobrevolando la zona tomó esta fotografía del Arco de Ctesifonte con la cual ganó la medalla de bronce en el concurso organizado por la Sociedad Fotográfica Egipcia de El Cairo. O bien la inspiración provenga de la publicación, en 1938, en la Revista Geográfica Española, de una fotografía en portada del mismo Palacio, tomada por el fundador de dicha revista Valeriano Salas.
Palacio de Ctesiphonte, foto de Valeriano Salas (1938), director de la Revista Geográfica Española
Otros trasvases de conocimiento y tecnología en el origen de El Perellonet
Como suele ser habitual en los procesos de colonización y construcción del territorio, también se da en la génesis y desarrollo de El Perellonet como núcleo de población, acontecimientos relacionados con la construcción de obras públicas, que son determinantes de dicho proceso. En concreto hay que hacer referencia a la construcción en 1903 de la gola de El Perellonet, con sus compuertas para regular el desagüe del lago —y, también, para la inundación de los campos de arroz de la marjal cuando llega el otoño-invierno, componiendo uno de los 4 paisajes característicos de l’Albufera a lo largo del año—.
La construcción de la gola de El Perellonet daría lugar, a su vez, a la construcción de una casa para el encargado y guarda de las compuertas de la gola, en el que se instaló a vivir la familia Blayet (cuyos descendientes regentan uno de los restaurantes más populares de El Perellonet en nuestros tiempos). Y entorno a la casa del encargado y guarda de las compuertas de la gola de El Perellonet, se empezaron a instalar los primeros alojamientos estables en la zona (anteriormente había algunas barracas que servían de alojamiento meramente temporal para pescadores, agricultores y, cabe pensar que también cazadores de la zona, durante el tiempo que duraban sus actividades, volviendo después a su residencia habitual). Pasado el tiempo, este pequeño núcleo de población que iba creciendo de manera muy paulatina, se terminó conociendo con el mismo nombre que la gola: El Perellonet.
No hay muchas imágenes fotográficas de El Perellonet de esa época. Sin embargo, desde finales del siglo XIX la Albufera constituyó uno de los motivos pictóricos que más interés despertaron en los artistas de la época. Arriba y abajo dos cuadros de Antonio Fillol: “La siega del arroz en la Albufera” (1900) y “La defensa de la cabaña (Escondiendo el tesoro)” (1895)
Pero lo que supuso el mayor impulso para el desarrollo de El Perellonet fue la construcción, en 1920, de la carretera Nazaret-Oliva, que en los años sesenta del siglo pasado se convertiría en la CV-500 (hasta Palmeretes y Sueca), la CV-502 (hasta Cullera), así como otras transformaciones en el trayecto más al sur (hasta Gandia y Oliva). En la imagen se puede ver esa carretera a su llegada a Oliva, con la Estación de Servicio y Restaurante El Rebollet, construido por la empresa Miguel Just e Hijos en el año 1962, sobre la base de un proyecto del arquitecto Juan de Haro Piñar.
La construcción de la carretera Nazaret-Oliva es otro ejemplo de modernidad que está en la base del desarrollo de esta estrecha franja de territorio situada entre el mar y el lago, un intersticio de terrenos de procedencia diversa (el lago de la Albufera había sido tradicionalmente de propiedad Real, cediéndose al Ayuntamiento de València ―tanto el lago como el cordón litoral conocido como monte de la Dehesa―, en 1911), en consecuencia, un territorio ajeno al concepto de propiedad privada, y cuya colonización se ha producido tradicionalmente mediante concesiones u otro tipo de decisiones públicas.
Estación de Servicio El Rebollet (1962), arquitecto Juan de Haro Piñar
El Perellonet, y las actividades a las que está asociado este núcleo de población, son indisociables del paisaje de la Albufera en el que está inscrito. De hecho, l’Albufera es un paisaje construido, por estas y otras actividades desarrolladas en su ámbito, todas ellas fruto de un esfuerzo continuado durante décadas, llevado a cabo, casi como quien dice, con las propias manos. Así han aparecido los campos de arroz, mediante el aterramiento del lago; y así han aparecido todas las instalaciones para la pesca y para la caza. La imbricación de estas actividades en la definición del ecosistema es tal que ha llevado a muchos habitantes de l’Albufera a exclamar que ellos son la primera especie a proteger.
Proyecto expositivo “Monot. El Perellonet”.
El proyecto artístico tiene su inicio en 2016, momento en el que Ana Lloret lo concibe en el contexto de los estudios y prácticas que está desarrollando en l’Acadèmia d’Art (en la calle Calixto III, 1, de València). En ese momento, partiendo de la indagación en la actividad de la pesca de la angula en El Perellonet —en donde hay una Cofradía de Pescadores específica de esta actividad—, se concibe como la construcción de un monot a gran escala para su instalación en la playa de El Perellonet, en un lugar próximo a la desembocadura de la gola de El Perellonet. Participan en ese momento en la definición del proyecto un ingeniero industrial y tres arquitectos.
Cuando se plantea la posibilidad de su desarrollo en la Fundación La Posta, dadas las dimensiones del espacio, lo primero que se plantea es descartar la posibilidad de la construcción del monot a gran escala, al tiempo que se observa la riqueza plástica y semántica del monot original, y por tanto la oportunidad de su exhibición como obra artística, tal y como ha sido concebido por los pescadores de angula, y últimamente oficializado por la Generalitat Valenciana, al haber establecido su forma estándar como la única practicable.
El esquema del monot autorizado para la pesca de la angula mediante el Decreto 35/2013, de 22 de febrero, del Consell, por el que se regula el aprovechamiento sostenible de la anguila europea (Anguilla anguila) en el ámbito de la Comunidad Valenciana