El sábado 6 de abril, dentro de la programación de actividades paralelas llevadas a cabo en el marco de la exposición “Tramas Feministas” ―una formulación del equipo LABi (un proyecto del Master en Fotografía, Arte y Técnica de la Universidad Politécnica de Valencia en colaboración con Fundación La Posta)―, hemos tenido la oportunidad de ver una muestra de vídeo e instalaciones feministas (más una visita guiada), compuesta de los siguientes trabajos:
– “Loves me/loves me not” y “A series of Misunderstandings”, dos video performances que abordan el mito del amor romántico, a cargo de María Camila Quintero Arango.
– “D.I.Y.”, una instalación de Estefania Salas Llopis.
– “La luz es un privilegio”, un proyecto colaborativo de Beatriz Millón.
Cuando proyectamos vídeo en La Posta, como en este caso, tenemos la costumbre de dejarlo luego en nuestro sitio en internet, para que lo pueda disfrutar todo el mundo que no pudo acudir a La Posta. En esta ocasión los trabajos de María Camila Quintero no son públicos. Se trata de trabajos en proceso que están evolucionando. María Camila Quintero (Medellín, Colombia, 1990) está ahora haciendo un Master en RMIT University, Melbourne (Australia). Más sobre su trabajo aquí @mmalicemalicia
María Camila Quintero, «Loves me/Loves me not» (2018)
María Camila Quintero, «A series of misunderstandings» (2018)
Así que, hemos puesto en pantalla un trabajo de Estefanía Salas Llopis ―con Agustín Moreno― “Rip my flesh” (2016). Un trabajo que da que pensar. En él se abordan las relaciones entre chicas y chicos de una manera muy próxima. Se diría que en este trabajo se adivina a ver un futuro post-patriarcal.
Por otro lado, Estefanía Salas participa en la muestra en La Posta con “D.I.Y.”, un trabajo que nos trae a la mente la instalación de Alexander Tarakhovsky (científico), «Epigenetic Reset» (2012), ácido nucleico, enzimas, plástico, madera, metal, video, dimensiones variables; que se pudo ver en la Documenta de Kassel de 2012. Colocados en 38 estantes perfectamente dispuestos, 80.000 tubos de plástico en filas ordenadas, contenían pequeñas hojas de papel que transcribían 60.000 genes. En el centro de la sala (en el Fridericianum), un dispositivo interactivo llevaba a cabo el procesamiento de ADN y proporcionaba muestras para que los visitantes se las llevasen a casa. El ensamblaje de todo ello (que incluía la proyección de un video “La secuenciación de ADN de los genes afectados por el miedo”, una proyección de puntos blancos cambiantes y temblorosos sobre un fondo negro, que visualiza la relación entre la emoción y la transmisión genética), expresa en palabras de Alan Gilbert “una demostración sorprendente y cuidadosamente elaborada de relaciones de vanguardia entre el entorno externo y los interiores más profundos del cuerpo” [https://hyperallergic.com/53591/documenta-13s-art-laboratory/ ]
Estefanía Salas, D.I.Y.
Alexander Tarakhovsky (científico), «Epigenetic Reset» (2012), Documenta 13 (al fondo un cuadro de Dalí).
En cuanto al trabajo de Beatriz Millón “La luz es un privilegio”, fruto de una colaboración con Gloria, una vecina que sufre los estragos de los altos precios de la electricidad (los posibles beneficios que pueda producir la instalación van a parar a ayudar a personas con este problema), se trata de un trabajo que fue seleccionado para la Bienal de Mislata “Miquel Navarro” 2018.
Beatriz Milló «La luz es un privilegio» (2018)