La vida nómada tiene sus paisajes, como los que se pueden ver en la exposición "La Vida Nómada". En las ciudades: bajo los puentes, o antiguas zonas industriales obsoletas en las que ha vuelto la naturaleza salvaje, como los que ha registrado Joost Conijn en el audiovisual «Siddieqa, Firdaus, Abdallah, Soelayman, Moestafa, Hawwa en Dzoel-kifl», hecho en Amsterdam; o los que ha fotografiado Denis Ponté: “Nomadic Community Garden” y “Left for Dead”, hecho en Londres y Nueva York. También paisajes en campo abierto: refugios en las montañas, y parajes desolados en los que nadie te buscaría, como los fotografiados por Ulrike von Gültlingen: “Hohrodberg”, construcciones militares en Alsacia; o el mar de piedras de Arroyo Cerezo (Rincón de Ademuz) que ha estudiado el geólogo Enrique Gil Bazán, y que mostramos en “La Vida Nómada” en un muro de investigación.