Hay vida nómada a nuestro alrededor. A veces como un eco del pasado. Gente que no se ha integrado en nuestra forma de organización social en torno al trabajo remunerado.
Los trabajos que se exhiben en la muestra “La Vida Nómada” reflejan la existencia de ese fenómeno. Que se refiere tanto a quienes aparecen retratados como a quienes los retratan (aunque solo sea a tiempo parcial).
Por otro lado, durante el trabajo de investigación para la puesta en obra de esta exposición, se ha hecho patente que la vida nómada en la actualidad transcurre en unos espacios urbanos con unas características muy precisas. Se trata de espacios vacíos sin una función predeterminada. En medio de la ciudad funcionalista ingeniada hace un siglo, donde se supone que todo está calculado hasta el milímetro, lo cierto es que han aparecido espacios que parecen tierra de nadie en los que puede fructificar la libertad. Son los espacios alrededor y debajo de las grandes infraestructuras urbanas; los espacios vacíos generados por la aplicación de los estándares urbanísticos (a más edificabilidad más espacio vacío) en los que no es posible reconocer ni aceras, ni parques, a veces terminan convertidos en zona de juego para skaters. Y grandes superficies de terrenos que albergaron actividades industriales hoy obsoletas y que, tras varios cambios de usos (muchas veces solo sobre el papel), terminan convirtiéndose en zonas salvajes, donde la naturaleza recupera el papel que tuvo hace tiempo, y los niños la posibilidad de tener una aventura genuina.
En ese contexto de indagación sobre los paisajes de la vida nómada, tuvimos conocimiento de un paisaje sobrecogedor que inmediatamente sugirió una vida errante épica. Se trata del mar de piedras de Arroyo Cerezo (Rincón de Ademuz). Y efectivamente ha sido escenario de vidas errantes, porque estamos hablando del territorio del Maquis, y antes de los carlistas. Cuando dejó de ser un centro de poder, condición que le vino de la función de este territorio como frontera de contención del mundo islámico, después ha devenido en traspaís de los centros de poder contemporáneos existentes en el litoral, en el que los urbanitas pueden imaginarse errantes por unos días. Y, el mar de piedras que se extiende desde Arroyo Cerezo hasta Alobras (Teruel), es testigo privilegiado de ello.
La exposición “La Vida Nómada” incluye los siguientes trabajos:
― Joost Conijn: «Siddieqa, Firdaus, Abdallah, Soelayman, Moestafa, Hawwa en Dzoel-kifl», audiovisual, en Amsterdam, 40’, 2004.
― Denis Ponté: de las series “Nomadic Community Garden” (2018) y “Left for Dead” (1994), fotografía, en Londres y Nueva York.
― Toni Serra aka Abu Ali: “Al Barzaj” [“Entremundos”], vídeo, en Marrakesh, 13’, 2010.
― Ulrike von Gültlingen: “Hohrodberg”, fotografía, en Alsacia, 2021.
― Enrique Gil Bazán: “Mar de piedras”, fotografía, en Arroyo Cerezo (Rincón de Ademuz), 2015.
LOS AUTORES
Joost Conijn (1971, Amsterdam)
Su actividad se desenvuelve a mitad de camino entre la tecnología y el arte. Es inventor y aventurero. Entre otras cosas, ha construido aviones, utilizando piezas de bicicletas. El primero se estrelló al poco de despegar, pero con el segundo viajó hasta Kenia. Ha recorrido varios países del este de Europa con un vehículo hecho de madera que funciona con gas generado por el mismo vehículo. Ha realizado películas narrando estas aventuras. Entre otras, una sobre su viaje en bicicleta por Marruecos con dos amigos.
Obras suyas y vestigios de sus aventuras y sus inventos se encuentran en las colecciones del Franz Hall Museum de Harlem (Países Bajos) y en el Museum Boijmans Van Beuningen de Rotterdam. Sus trabajos y experiencias se han mostrado en espacios de arte de todo el mundo: Royal Athenaeum of Antwerp, en 2017; Kioto Municipal Museum of Art, en 2015; 13th Istanbul Biennial y Biennale of Sydney en 2014; Museum Volkenkunden Leiden (NL) en 2013; Kröller-Müller “Art Cars” Utrecht y Triennal de Paris “Intense Proximité” en 2012; Matadero Madrid en 2009; MAPAMUNDISTAS ’08 Pamplona en 2008; Cobra Museum (Solo exhibition), Amstelveen (NL) en 2005; Fundación Miro (Solo exhibition), Barcelona, en 2005; etc.
Denis Ponté (1964, Ginebra)
Un fotógrafo que compagina su trabajo en el estudio, con la actividad docente en la Universidad y sus desplazamientos a través del mundo, captando lo que ven sus ojos de una manera muy directa.
Denis Ponté ha desarrollado a lo largo de su carrera numerosos proyectos artísticos de temática social. Algunos de sus trabajos más representativos son: “Laissé pour mort” (Ginebra, 1995), “Face à Elle” (Ginebra, 2015); “I understand. Do you?” (El Cairo, 2016), “Portraites parlés” (Martigny, Valais, Suiza, 2019), “De cara a ellas”, Fundación La Posta (Valencia, 2019), “Homo Artifex”, Fundación Bancaja, Sagunto, 2021 (incluye video-entrevistas). Además de su fotografía, comparte su experiencia en talleres llevados a cabo en países del África occidental.
Toni Serra / Abu Ali (Manresa, 1960 – Barcelona, 2019)
En su carrera, como en su vida, han convivido una actitud crítica, que incluye textos relevantes como “Abrir la visión”, con trabajos audiovisuales que han buscado crear otro imaginario, diferente del que nos invade constantemente a través de los medios de comunicación, incluido el cine, unos trabajos audiovisuales empapados de una espiritualidad, incluso religiosidad, notables.
Toni Serra falleció repentinamente en 2019 en Barcelona, después de una vida de aquí para allá, tanto en un sentido físico como mental. El hecho de que adoptara un segundo nombre ―Abu Ali― es bien significativo a este respecto. Abu Ali significa en árabe “el hijo de Ali”. Toni Serra vivió mucho en Marruecos. Antes vivió en Nueva York, entre finales de los ochenta y comienzo de los noventa, pero como parte de su formación como video artista. Aunque también en EEUU simultaneo su vertiente de crítica política con su búsqueda de nuevos imaginarios (es paradigmático en este sentido su trabajo “El canto de la abubilla”, publicado en 2015, aunque con imágenes registradas en iglesias evangelistas durante su estancia en Nueva York a principios de los noventa). Ese estar en un sitio o en otro, se puede apreciar incluso en su fase formativa primera, cuando siendo joven estudió Historia del Arte, que son unos estudios literarios, pero después de licenciado se fue a Nueva York a aprender video arte. Una vida “entremundos”. Por eso la elección de “Al Barzaj” [“Entremundo”] (13’, 2018) resulta particularmente apropiada, en particular para “La Vida Nómada”.
Ulrike von Gültlingen (Bielefeld, 1966; vive y trabaja en Berlín)
Ha desarrollado su carrera artística en el campo de la fotografía, el dibujo y el diseño de escenarios. En 2004 fundó en Berlín la Freiraum School of Arts, de la que es directora. Dentro de Freirarum [espacio al aire libre] creo Freirarum-kinder e.V., asociación sin fines lucrativos, con el objetivo de brindar a los niños acceso gratuito al arte y la cultura y promover su pensamiento creativo y su potencial.
Sobre la serie de fotografías “Hohrodberg”, hechas en Alsacia, ha comentado la artista: “Me encanta deambular, descubrir lugares que son más que ellos mismos, las cosas aparentemente aleatorias que siguen un principio secreto de legados humanos, contándonos historias o planteándonos acertijos”. Porque, efectivamente, los lugares retratados esconden un secreto.
Enrique Gil Bazán (Zaragoza)
Es geólogo y paleontólogo (formó parte del equipo de Atapuerca ―vinculado al Museo de Ciencias Naturales de Madrid―, que bajo la dirección de Emiliano Aguirre recibió el premio Príncipe de Asturias en 1997), también escritor de novela (Proyecto Homo. Atapuerca: bajo la amenaza del complot internacional, Certeza Libros, Zaragoza, 2007; una novela de intriga, acción y suspense), y escribe divulgación científica en distintos medios, como CatalunyaVanguardista – Digital Independiente. Utiliza la fotografía para ilustrar con imágenes sus trabajos científicos, como antes se utilizó el dibujo con esa finalidad. Sus fotografías del mar de piedras de Arroyo Cerezo, en el Rincón de Ademuz, nos muestran un paisaje de una belleza por descubrir, a lo que su trabajo hace una contribución notable.