El árbol, el bosque y la Serpiente de 2 Cabezas

Aunque normalmente, cuando hay proyección de vídeo ―en este caso “El árbol, el bosque y la Serpiente de 2 Cabezas”, dentro de la instalación multimedia “Ecologia: el mal necessari”, de Janice Martins Appel y Domingo Mestre―, se ofrece después de la exhibición en sala a través de la web, esta vez nos vamos a adelantar, porque hay algunos aspectos que conviene que el público conozca antes, porque ponen en relación todos los trabajos en exposición.

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Imagen de “El árbol, el bosque y la Serpiente de 2 Cabezas”, de Domingo Mestre.

El vídeo “El árbol, el bosque y la Serpiente de 2 Cabezas”, una realización de Domingo Mestre, con música de Vickyleaks ―en su exhibición en sala para acceder al audio hay que hacerlo a través de un código QR y escucharlo en el móvil; aquí en la web se puede ver y escuchar en la pantalla arriba―, se compone de una selección de fotografías de árboles ―una especie de pase de diapositivas―, que han sido tomadas en el sur del área metropolitana de Porto Alegre, en la playa do Cassino, Río Grande, y en el municipio de Pelotas (todo ello en el Estado federado de Río Grande do Sul, Brasil). Superpuesto a esas imágenes se ve en movimiento el deambular por un campo cubierto de hojas secas de caqui, registrado en las proximidades de Alginet, Valencia, España. Se trata, por tanto, de los lugares de residencia de Janice Martins Appel y Domingo Mestre, que ahora, como la Serpiente de 2 Cabezas, se entrecruzan y se entremezclan.

La selección de las imágenes de los árboles responde a la tónica general que inspira toda la instalación, que fija su atención en la interrelación de la actividad del ser humano con el medio, lo cual está dando lugar a una entropía creciente. Pero en este caso, se fija la atención no solo en la interferencia que la actividad humana provoca en el medio natural, sino también en la presencia y el vigor, a pesar de todo, de la naturaleza en el medio urbanizado.

El interés por la presencia de la naturaleza en el medio urbanizado por parte de Domingo viene de lejos. Antes del encuentro con Janice Martins Appel en el Solar Corona y la constitución del grupo Serpiente de 2 Cabezas en 2015, Domingo ya venía operando en este campo, estrechamente relacionado con el trabajo con colectivos. El trabajo con colectivos es de una importancia capital en relación con la obtención de este tipo de resultados. Aunque Narcís Selles, en ese repaso a su biografía artística que es el Prólogo al libro de Domingo: arte, cultura e impostura, si bien se refiera a este tema del trabajo con colectivos muy de pasada ―cabe suponer que no profundiza más en esta cuestión por las fechas en las que está escrito y publicado (2008), un momento histórico en el que aún se arrastraba la costumbre de prestar atención casi exclusivamente a la actividad artística individual. Pero en la actualidad, con la perspectiva que nos da el paso del tiempo, no nos cabe ninguna duda respecto de la relevancia de experiencias sociales y artísticas desarrolladas colectivamente, como, por ejemplo, la del Solar Corona ―en la que Domingo participó de manera muy activa―. Esto es así, especialmente después de que en la Documenta 15 (Kassel, 2022), los colectivos y el trabajo desarrollado por colectivos se convirtieran en los protagonistas de esta macro exhibición.

Desde la perspectiva que nos da el paso del tiempo, lo que se observa en la experiencia del Solar Corona es que hubo un proyecto de realización colectiva, el cual tenía por objetivo la creación de un espacio público, ciertamente muy relacionado con el desarrollo de actividades culturales y artísticas por parte de los colectivos que lo tenían como “sede”, pero también abierto al público en general, porque una parte importante del mismo era un jardín.

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El Solar Corona con su magnífico jardín entre las ruinas de los cimientos de una antigua fábrica de tintes textiles.

Solar Corona

Además, un jardín con unas características muy peculiares, porque había una parte que era creación de los usuarios, a modo de huerto-jardín, pero había otra parte que era preexistente, constituido por la vegetación que había crecido de manera espontánea entre las ruinas de los cimientos de una antigua fábrica de tinte de textiles. Además, un jardín constituido por especies venidas de aquí y de allá, probablemente a consecuencia de tratarse de un solar enclavado en un medio urbano muy antropizado, por lo que no tiene que resultar extraño que se hubiese producido la polinización de especies presentes en balcones y terrazas, adquiridas por sus habitantes en viveros próximos donde, con finalidades de jardinería al uso, se pueden encontrar especies procedentes de casi cualquier punto del planeta, preferentemente las conocidas como especies exóticas, muy valoradas por un determinado tipo de jardinería convencional. En definitiva, que el jardín del Solar Corona era un jardín entrópico.

Solar Corona 5

solar Corona tesis Ester

Sobre la experiencia del Solar Corona (2011-2018) se ha escrito bastante. Entre otras, la tesis de Ester Giménez: “La ciudad subjetiva en la Valencia contemporánea”, 2015 (la misma arquitecta que ha creado el espacio de La Posta), la cual recoge imágenes y planos, en particular de un momento inicial impulsado por el colectivo Comboi a la fresca, y la instalación de la cúpula geodésica que sirvió para varios encuentros.

Lo que se plantea ahora con “El árbol, el bosque y la Serpiente de 2 Cabezas” se encuentra en una cierta línea de continuidad con lo que fue aquella experiencia del Solar Corona y su jardín entrópico. En el sentido de la importancia dada al jardín como lugar de materialización de trazas culturales que surgen de la vida de colectivos que poco o nada tienen que ver con los marcos de referencia instituidos.

Janice en el solar Corona

Janice Martins Appel, Ser Jardim, Solar Corona, Valência, 2015. Foto: Domingo Mestre.

Nos hemos referido antes a la importancia de la última edición de Documenta (15), Kassel 2022, en el reconocimiento de la labor desplegada por colectivos dedicados a actividades culturales y artísticas, que además actúan con una fuerte implicación en el entorno más inmediato, colectivos procedentes de todo el planeta (porque también ha sido la Documenta más internacionalista), además algunos de ellos han presentado jardines, entre los cuales tenemos que hacer referencia al trabajo del colectivo Nhà Sàn Collective, de Vietnam, y la artista, también vietnamita, Nguyen Trinh Thi.

Tuan Mami, Nhà Sàn Collective, Vietnamese Immigrating Garden, 2022

Nhà Sàn Collective, Tuan Mami, “Vietnamese Immigrating Garden”, en el WH22, Documenta 15, Kassel 2022.

Por lo que se refiere al colectivo Nhà Sàn Collective presentaron en el WH22 [Werner-Hilpert-Strasse 22], como pieza principal el “Vietnamese Immigrating Garden”, de Tuan Mami, que es a la vez el promotor del colectivo, y en la leñera construida al efecto, la proyección del vídeo de Quynh Dong, “Poem Garden” (2022), y las cerámicas pintadas de Phu Luc (The Apéndice Group), “I-Ching Hexagram #59”, 2022.

En Documenta siempre ha habido una preocupación latente por cuestiones ecológicas, pero esta vez se ha ido más lejos, ya que se han plantado semillas de sauces y plantas salvajes, y todo ello ha sido concebido como una práctica social. El lugar elegido para la muestra del trabajo, en un espacio abandonado en el interior de un grupo de edificaciones, promoviendo su reutilización, confronta además al espectador con un entorno postindustrial y postcomercial (se trata de un espacio residual de una antigua tienda de vinos).

Nguyễn Trinh Thi

Nguyen Trinh Thi, Landscape series #5: And They Die a Natural Death, 2022. Light, shadows, chilli plants, live transmited wind, automated flutes. En la Rondell, Documenta 15, Kassel 2022.

En cuanto al trabajo de Nguyen Trinh Thi, habitualmente dedicada al cine y vídeoarte, para Documenta 15 ha presentado una instalación (ciertamente muy cinematográfica), en el Rondell, junto al Walter-Lübcke-Brücke que cruza el Fulda, una antigua torre defensiva que en su interior también sirvió de cámara de torturas. Un espacio muy apropiado para la puesta en escena de uno de los capítulos del libro autobiográfico Tale Told in the Year 2000 de Bùi Ngọc Tấn, en el que describe la vida en los campos de detención en el norte de Vietnam desde la década de 1960 hasta la de 1970. El escritor detalla la flora y la fauna de los bosques: ecosistemas que se convirtieron en sitios donde él y otros presos fueron obligados a realizar trabajos forzados. En el Rondell de Kassel, Nguyen reubica esa escena del libro al presentar una instalación escultórica de racimos de plantas de chili que, al iluminarse, proyectan en las paredes circundantes un bosque sombrío que te envuelve. Un sistema accionado por el viento y transmitido por wi-fi, instalado en el área de Vinh Quang-Tam Da de Vietnam, activa la instalación en Kassel de ventiladores, efectos audiovisuales, sonido y el inquietante toque de la flauta sáo ôi, un instrumento musical indígena utilizado por grupos en las montañas del norte donde habitan las minorías étnicas Mường, Tày y Nùng.

Ha habido otros colectivos que también han presentado propuestas en torno a huertos y jardines, como Britto Arts Trust, de Bangladesh, o los españoles Inland.

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