“Jardín de entropía bajo la hierba Brahma”
La instalación “Ecologia: el mal necessari” especialmente pensada y ejecutada para el espacio de la Fundación La Posta por l@s artistas Janice Martins Appel y Domingo Mestre (Serpiente de 2 Cabezas), con elementos construidos de manera específica para la ocasión y otros naturales a modo de naturalezas muertas (en un contexto multimedia que incluye varias proyecciones de video, transparencias, etc.), se podrá visitar desde el 12 de mayo al 10 de junio de 2023 y servirá de escenario para un nutrido programa de actividades. Además de la performance a cargo de Janice y Domingo “Veus al vent”, que tendrá lugar el mismo día de la inauguración (inspirada en el libro Ideas para posponer el fin del mundo, de Ailton Krenak), además ese programa de actividades incluye la presentación el día 1 de junio del libro I Seminario Internacional de Pesquisa da Paisagem Costeira na Arte Contemporânea: ética, ecología e entorno, que tuvo lugar del 22 al 28 de noviembre de 2021 en Porto Alegre (Río Grande do Sul, Brasil), organizado por Janice Martins Appel y Luis Alberto Pires da Silva, una presentación que correrá a cargo de José Albelda (participante en el Seminario y cuya contribución ha sido incluida en la publicación citada, editada en 2022), así como un coloquio el día 9 de junio con Elia Torrecilla y Cristina Ghetti, curadoras adjuntas de la exposición “Duas Beiras/Dos Orillas” (l@s curadores fueron los mismos Domingo Mestre y Janice Martins Appel), que tuvo lugar de manera paralela al Seminario Internacional citado, por las mismas fechas, en Fantastik Lab (Valencia). Por si todo eso fuera poco, además, habrá una intervención en la Vitrina de La Posta 24/7 a cargo del artista Law Tissot, quien también participó en “Duas Beiras/Dos Orillas”. Una exposición que se pudo ver posteriormente en Brasil, en el Instituto Cervantes de Porto Alegre, del 12 de mayo al 12 de julio de 2022.
De manera que la exposición que ahora presentamos en Fundación La Posta: “Ecología: el mal necessari”, se produce en la estela de ese proyecto teórico y práctico que aúna seminario académico y exhibición de trabajos artísticos, todo ello “entre dos orillas”: entre Rio Grande do Sul (Brasil) y Comunitat Valenciana (España).
Precisamente porque estamos en la estela de esos dos acontecimientos: el I Seminário Internacional de Pesquisa da Paisagem Costeira na Arte Contemporânea: ética, ecología e entorno, y la exposición en Fantastik Lab “Duas Beiras/Dos Orillas”, es por lo que conviene reparar en el contenido de esas acciones.
En ambas han estado intensamente implicados Janice Martins Appel y Domingo Mestre. Este último se refiere en el libro del Seminario ―y, en la exposición, presentó el trabajo: “Paisaje Autobiográfico”― a que: “Cuando, en enero del año pasado [se refiere a 2021], planificaba mi último viaje a Brasil, era consciente de las similitudes de mi entorno vital con el de Río Grande (RS), pues ya conocía la zona desde hace tiempo. En ambos casos son territorios caracterizados por las numerosas playas de arena fina; en cuanto a las lagunas costeras, en el caso de Valencia cabría hablar del lago de La Albufera; y grandes puertos comerciales con intenso tráfico marítimo. De hecho, si el Superpuerto de Río Grande está considerado el segundo en importancia de Brasil, el puerto de Valencia es el de mayor tráfico comercial de todo el Mediterráneo. Sería fácil pensar que algunas fotos hechas en Valencia pertenecen a Río Grande y viceversa”. Y mostró en la conferencia dos imágenes, una hecha por él mismo: “Playa de Cassino II” (en Río Grande), 2020, y otra de Carles Solis, de la serie “Sub Urbe”, Valencia, 2020.
Arriba, playa de Cassino en Río Grande (foto Domingo Mestre) y abajo de Carles Solis, de la serie “Sub Urbe”, Valencia.
La playa de Cassino, junto a la ciudad de Río Grande, es un espacio que guarda similitudes con el litoral del área metropolitana de Valencia, como apunta Domingo Mestre, además de por lo más evidente, como es la gran extensión de las playas, tanto de largo como de ancho, que se da tanto en un caso como en el otro, a lo que se viene a sumar la proximidad a un gran puerto y a un lago; además de todo ello, en ambos casos encontramos los elementos típicos de un paisaje entrópico, en el que convive, sin solución de continuidad, vestigios de una naturaleza que hasta hace poco no había tenido contacto con la actividad humana, conviviendo con implantaciones industriales, portuarias y otras grandes infraestructuras, que van dejando su huella caótica en el territorio.
Un buen ejemplo de lo que se está diciendo, de contradicciones y conflictos en estos territorios, viene constituido, en el caso de la zona litoral del área metropolitana de Valencia, por los restos de actividades industriales abandonadas, como la chimenea que aparece en la fotografía que mostró Domingo Mestre en su intervención en el Simposio (de Carles Solis), probablemente restos de una fábrica con horno; o en el caso de la playa de Cassino, en un punto próximo a la gran desembocadura del lago de los Patos (que es al tiempo la entrada al puerto de Rio Grande), nos encontramos con la presencia de los restos del naufragio del buque Altair ―un barco naufragado de los muchos que navegan por la zona buscando amarre en el Puerto de Río Grande, uno de los más grandes de Brasil―; ambos constituyen paisajes entrópicos.
“Navio Altair”, Everton Cosme, acuarela sobre papel, 2019. Se pudo ver en la exposición “Duas Beiras/Dos Orillas” que tuvo lugar en Fantastik Lab en noviembre de 2021.
La pintura da cuenta del naufragio del buque Altair en la playa de Cassino (al sur del lago de los Patos, próximo a la entrada al puerto de Río Grande). Como en el caso del “Mar de hielo” de Caspar David Friedrich, cuya fuerza cambió el lenguaje, dando un nuevo sentido a la palabra fracaso, la obra de Everton Cosme transmite la melancolía por las ruinas del futuro, un fenómeno típico de la posmodernidad.
A los paisajes entrópicos se refirió José Albelda, quien también participó en el Seminario ―y en la exposición “Duas Beiras/Dos Orillas”―. Su intervención viene recogida en el libro que presentamos ahora en Fundación La Posta, donde cuenta que el de paisajes entrópicos es un concepto que acuñó Robert Smithson en su célebre trabajo “Un recorrido por los monumentos de Passaic, New Jersey” (editado originalmente en Art Forum en 1967; su fuerza no para de expandirse y la última edición se ha producido en Gustavo Gili, en 2006, la editorial de los arquitectos). En relación con este trabajo de Smithson, comentaron Maggie Gilchrist y James Lingwood en el texto “El Entropólogo”, incluido en el catálogo de la exposición “Robert Smithson. El Paisaje Entrópico. Una Retrospectiva 1960-1973”, que tuvo lugar en el IVAM en el año 1993:
- “A partir de 1966, Smithson vaga con frecuencia por este paisaje, buscando con su esposa y colaboradora Nancy Holt, y con varios amigos artistas, las vedute postindustriales de operaciones industriales o mineras abandonadas, las heridas y los fragmentos producidos por el sistema capitalista. En su ensayo “A Tour of the Monuments of Passaic”, publicado por Artforum en 1967 (que posteriormente describiría como una especie de epílogo a la épica de William Carlos Williams), Smithson evitó claramente el encuentro sublime de las Cascadas y enfocó su Instamatic en el paisaje estropeado de las riberas del río y en la nueva carretera que se construía al lado. Las instantáneas en blanco y negro, de 3 x 3 pulgadas, forman una especie de parodia de lo pintoresco. En los antimonumentos de las plataformas de bombeo y las viejas tuberías industriales, en la estatua clásica kitsch frente a una casa de la ciudad y el aparcamiento repleto de automóviles vacíos, en el foso de arena vacío y la pared con graffiti, Smithson revuelve y examina las ruinas de la cultura positivista. Éste era el despojo del progreso, el paisaje entrópico que impregnó la obra de Smithson en cada etapa”.
Robert Smithson hizo en los años sesenta del siglo pasado, lo que un siglo antes habían hecho Alexander von Humboldt y Frederick Edwin Church, actuando en colaboración ―un científico y un artista―, renovaron el género del paisaje. Alexander von Humboldt aportó la visión científica imperante en el siglo XIX ―con una notable tendencia a la identificación y clasificación de especies, tanto vegetales como animales―, a lo que le daría forma plástica después ―en el estudio, sobre la base de los bocetos tomados del natural― el pintor Frederick Edwin Church.
Frederic Edwin Church: “Paisaje Sudamericano”, 1856, Col. Carmen Thyssen, en el que se puede ver el volcán Chimborazo, en Ecuador. Una obra realizada siguiendo ─literalmente─ los pasos de Alexander von Humboldt. En ese sentido, conviene destacar que la imagen que ofrece la pintura no existe en la realidad. La distribución de los distintos elementos que componen el cuadro ha sido efectuada buscando de componer lo que hoy conocemos como ecosistemas, según la manera de proceder científica de Humboldt.
Pero Smithson lo hace todo él, tanto la parte científica como la artística (ciertamente en un contexto cultural propicio): estudia geología, cristalografía y paleontología y trabajó en un estudio de arquitectos e ingenieros, participando probablemente en la realización de lo que hoy se conoce como el Estudio de Impacto Ambiental para grandes obras de infraestructura, al tiempo que aprendía a hacer fotografía y películas (“Hotel Palenque”, 1969, y “Spiral Jetty”, 1970). Con ese bagaje, y en un corto periodo de tiempo (porque murió a los 35), llevó a cabo una renovación del género del paisaje como no se había conocido desde un siglo antes.
Volviendo a José Albelda, este presentó en la exposición “Duas Beiras/Dos Orillas”, un trabajo, “Germinaciones del agua”, 2021, que es tributario de los planteamientos interdisciplinares y de la toma en consideración de conocimientos científicos en el trabajo artístico, de lo que Robert Smithson hizo gala en su corta pero intensa vida.
José Albelda, “Germinaciones del agua”, 2021. Se pudo ver también en la exposición “Duas Beiras/Dos Orillas” que tuvo lugar en Fantastik Lab en noviembre de 2021.
En la exposición “Duas Beiras/Dos Orillas” que tuvo lugar en Fantastik Lab en noviembre de 2021 participaron: Ana Navarrete, Almudena Soullard y Yael Vidal, Bia Santos y Emilio Martínez, Bruno Castoldi, Carlos Llavata, Claudia Washington, Cláudio Tarouko de Azevedo, Cristina Ghetti y Elia Torrecilla, Domingo Mestre, Estêvão da Fontoura, Everton Cosme, Fernando Rocha y Leandro Teixeira Castro, Janice Martíns Appel, José Albelda, José Saborit, Juliana Crispe, Law Tissot, Mariela Yabo, Massimo Mazzone, Olivia Godoy Collares, Oscar Mora, Pablo Paniagua, Roberto Verdum y Teresa Lenzi.
Roberto Verdum, Planície Costeira, entre a privada e a pública, 2005.
Hablar de paisajes entrópicos o dialécticos (que de las dos formas los llamó Robert Smithson; los llamó dialécticos, por ejemplo, en el trabajo «Frederick Law Olmsted y el paisaje dialéctico», 1973), es hablar de paisajes contradictorios, contrapuestos, conflictivos, en sí mismos y en relación con los paisajes que se describieron en el pasado. Porque hay que tener en cuenta que Smithson no solo muestra la entropía contemporánea, sino que además se confronta con el negacionismo del pasado. Lo hace contraponiéndose a William Carlos Williams y su largo poema “Paterson” (1946), que habla de la ciudad que se encuentra justo al lado del Passaic donde Smithson nació y pasó su infancia. Se encara con el tono épico de William Carlos Williams y con lo pintoresco de las cascadas de Paterson, para mostrarnos el otro lado de la realidad, la que se corresponde con nuestros tiempos: los paisajes industriales, los enormes estacionamientos (contiguos a centros comerciales o zonas de ocio masivas), los puentes de hierro y madera, las obras públicas en construcción: “En las riberas del río Passaic había muchos monumentos menores como, por ejemplo, estribos de concreto que sostenían los lados de una nueva carretera en plena construcción. La River Drive estaba en parte arrasada y en parte intacta; no era fácil distinguir la nueva carretera del viejo camino; ambos se confundían en un mismo caos. Como es sabido, muchas máquinas estaban apagadas, por lo que parecían criaturas prehistóricas atrapadas en el lodo o, mejor, máquinas extintas: dinosaurios mecánicos con la piel arrancada” [de la edición de la editorial Alias de Mexico: “Robert Smithson. Selección de escritos”, en la página 91]. Y continua más adelante: “En comparación con la ciudad de Nueva York, que da la impresión de ser sólida y compacta, Passaic parece llena de «agujeros». Y esos agujeros son, en cierta forma, los vacíos monumentales que definen, sin intentarlo, las huellas-recuerdo de una serie abandonada de futuros. Tales futuros se descubren en películas utópicas de serie B y son después imitados por el «suburbanita». Las ventanas de la tienda de autos City Motors proclaman la existencia de Utopía a través de los PONTIACS DE RODADA AMPLIA DE 1968 ―Executive, Bonneville, Tempest, Grand Prix, Firebirds, GTO, Catalina y Le Mans―, y ese conjuro visual marca el fin de la construcción de la carretera” [Ibidem, pág. 92].
La participación de Janice Martins Appel tanto en el Seminario en la Universidad Federal de Río Grande (FURG) como en la exposición en Fantastik Lab en Valencia fue intensa:
“De aquí y de allá, quien protege es lemanjá. Fotografía, lemanjá, vaso de agua del mar de Valencia y fuego, Praia do Cassino, Brasil.
Esta instalación de Janice Martins Appel “El paisaje mágico” incluye una imagen fotográfica obtenida en la playa de Cassino en la que interesa reparar con un poco de detalle, porque está plagada de huellas y vestigios de una entropía en ocasiones de carácter espiritual o mágico:
En la fotografía de arriba, que completa la instalación de Janice Martíns Appel en la exposición “Duas Beiras/Dos Orillas”, se puede ver, en el contexto de la celebración de lemanjá o yemayá, en frente de las mujeres, una de las barcas votivas que se utilizan popularmente en dicha celebración. Y al fondo, el buque Altair naufragado.
“Margen aquí y allá, quien protege es lemanjá. Foto tomada en Praia do Cassino, mirando hacia el infinito que conduce a la costa africana. En el horizonte vemos un naufragio llamado Altair. También encontramos una barca de ofrendas por lemanjá. Siempre tratamos de cruzar a la otra orilla y también somos cruzados por ella. Dos fronteras que ejercen tensión colonizadora, amenaza de naufragio para quien intente cruzar la frontera. Lemanjá nos hace cruzar y nos protege con su belleza”
[De Janice Martins Appel en la publicación del Seminario, al pie de la foto que aparece incorporada a la instalación arriba, pág. 130].
Janice Martins Appel ha reformulado el concepto de paisaje entrópico elaborado por Robert Smithson. En la conferencia que dio en el I Seminário Internacional de Pesquisa da Paisagem Costeira na Arte Contemporânea: ética, ecología e entorno. una conferencia titulada: “Jardim como lugar da paisagem na arte contemporânea” ―una conferencia tributaria de su tesis “Jardim: laboratório de experiências a céu aberto”, Universidade Federal do Rio Grande (FURG), 2016―, donde se aborda la idea de jardín como dispositivo, como lugar de investigación y producción artística en el arte contemporáneo. Y se pregunta Janice: “¿Qué hace un artista e investigador de arte en el Jardín? Esta fue la pregunta que traté de responder cuando me encontré en un lugar tan aparentemente improbable en términos del campo artístico como estar en una huerta o parterre manipulando plantas y practicando el cultivo. Nótese que aquí no me refiero a la historiografía del arte, donde el jardín se encuadra dentro de un abanico de posibilidades para el dibujo o para la pintura y la escultura. Hablo aquí de un artista en medio del jardín, manipulando plantas y produciendo cultivos, donde, por tanto, las acciones de un artista se desarrollan más allá de un museo, galería o institución cultural formal. Esta pregunta que aún hoy me ronda puede ser respondida cuando nos damos cuenta de que el arte debe deslizarse entre los diferentes campos, espacios del saber, posibilitando la transversalidad con los diferentes otros ámbitos y poniendo en primer plano nuevas formas de pensar para Integrar arte y vida. Los constantes procesos de ruptura en el arte ―entre las décadas de 1960 y 1990― eliminaron la necesidad de un soporte tradicional en el arte, abriendo espacio para un objeto artístico desmaterializado, ya no centrado en el concepto de la obra en sí, ni en sus espacios formales, sino en su proceso fundacional, capaz de producir diferencias, nuevos cuestionamientos, pensamientos y acciones, ampliando así las posibilidades de esta acción hacia nuevas direcciones” [del libro del Seminario, pág. 86]. Y en ese contexto, Janice Martins Appel plantea la idea de un nuevo jardín que tiene que servir para prácticas colaborativas, más aún, en la dirección de la permacultura, y para la observación y la meditación. “Jardín es, por tanto, el entorno que se presenta como contexto conceptual y parcial previo a las funciones surgidas en Brahma Grama [la hierba Brahma], una escultura suspendida a cuatro metros del suelo y que básicamente tiene conceptos simultáneos de presentación: escultura, intervención o pieza de jardín. A cuatro metros de altura, estamos colocando el Jardín en suspensión y en un contexto específico, ya que hay una vista ampliada del entorno, en el que se inserta Brahma Grama” [del libro del Seminario pág. 90].
“Brahma Grama no Jardim”, Janice Matins Appel, 2014 [imágenes incluidas en la tesis: “Jardim: laboratório de experiências a céu aberto”, 2016, pág. 60 y 242]
Para darse cuenta del tamaño de la construcción (4 m de altura), un buen referente es la rueda que hay apoyada abajo.
“También puede pensarse [el Jardín] desde una perspectiva micropolítica, como un lugar para el ejercicio de un arte comprometido, o en otras palabras, de la práctica activista que defiende el potencial de una ética ecológica junto con el desarrollo de un proceso de creación y percepción artística”. “De esta forma, Brahma Grama se describe como una forma de intervención que coexiste con el desarrollo de la antropoflora del Jardín, asociado dentro de un proceso de creación de nuevas imágenes reflejo y un nuevo paisaje, al que llamo Jardim de entropies sob Brahma Grama [Jardín de las entropías bajo la hierba Brahma]” [del libro del Seminario pág. 90-91].
Nos comenta la artista que: “Brahma grama es una obra de arte hecha al aire libre. Es una escultura ambiental donde se puede subir por una escalera y así llegar a 4 metros de altitud donde hay otro jardín. Brahma es lo espiritual y grama es el césped”. Como un land art espiritual, y está ubicado en su jardín en Río Grande do Sud (Brasil) [próximo al Morro da Tapera, al norte del lago de los Patos, según el mapa elaborado por la propia Janice incluido abajo].
Mapa el área metropolitana de Porto Alegre al sur de la ciudad, cartografiado por Janice Martins Appel (incluido en su tesis: “Jardín: laboratorio de experimentación a cielo abierto”, 2016). Lo primero que llama la atención es que el sur está arriba. Entonces, arriba está el lago de los Patos.
En el centro del mapa la rua Pedro de Oliveira França y el Morro da Tapera, donde está el “Jardín de entropías bajo la hierba Brahma”.
La entropía del jardín se encuentra bajo la hierba Brahma porque, hay que tener en cuenta que “la vista debajo de Brahma Grama crea la ilusión de un suelo cubierto de hierba. Pero si miramos de cerca, esta es una realidad imposible ya que las copas de los árboles están a la misma altura que la hierba…” [del libro del Seminario, pág. 70].
Y lo que encontramos debajo de la hierba Brahma es el jardín de las entropías:
El concepto de entropía en un jardín, de Janice Martins Appel, está fuertemente influenciado por el pensamiento de Gilles Clement. Se refiere a ello en varios momentos de su tesis “Jardin: laboratorio de experiencias a cielo abierto”, especialmente en subcapítulo “3.6 Brahma Grama: posibles entropías”. Gilles Clement es jardinero, arquitecto paisajista, botánico, entomólogo y escritor francés, autor entre otros libros de El jardín en movimiento (1991) y Manifiesto por el tercer paisaje (2004). Su pensamiento nos recuerda al de Robert Smithson, en torno al concepto de entropía, pero invertido. Si Smithson fija la atención en la aparición en entornos más o menos naturales de elementos que denuncian las contradicciones de la civilización en la que estamos inmersos o el caos provocado por el desarrollo de sociedades crecientemente complejas, por su parte Gilles Clement pone la atención en las posibilidades de desarrollo de la vida vegetal salvaje en los intersticios de la superurbanización característica de las metrópolis contemporáneas. Esa es la entropía que aplaude Janice Martins Appel cuando proclama el Jardim de entropies sob Brahma Grama [Jardín de las entropías bajo la hierba Brahma].
En Fundación La Posta tendremos la oportunidad de disfrutar de un Jardín de entropías bajo un suelo de otoño.