El Proyecto Monot surge de la idea de dar visibilidad a la memoria de El Perellonet, una población pequeña, con una historia de desarrollo y supervivencia en un entorno peculiar, donde se crea para la propia subsistencia una herramienta de pesca de angulas, el Monot de El Perellonet, objeto que resume la historia y memoria del lugar.
El Proyecto Monot plantea la construcción de una escultura que represente el Monot, permitiendo que su población se identifique con él de forma inmediata y que a la vez dará a conocer al resto de espectadores su existencia y su vinculación histórica con El Perellonet, suponiendo un hito que refuerza su identidad y su reconocimiento, visualizando y poniendo en valor la comunidad y lo comunitario.
El objeto se realizará en una escala suficiente para que el espectador participe de la obra, no se limitará a su contemplación, sino que podrá introducirse en un espacio desconocido, en una jaula para atrapar angulas, generándose sensaciones que provocarán que reflexione sobre la memoria del lugar, la pesca, el entorno que contempla, el espacio, la luz y, por qué no, sobre su propia condición material y espiritual.
Recoger un elemento tradicional en la historia del pueblo y convertirlo en monumento supone una apuesta por la modernidad, por la escala, por la proporción. Es un instrumento generador de sensaciones que se propone además como elemento polivalente, funcional, un objeto que permite el juego, la sensación del dentro y fuera y, al mismo tiempo, es un soporte para la cultura. Su escala le otorga una polivalencia que añade interés a la pieza en sí. Es un receptáculo, un recinto, pero también es un escenario para instalaciones o exposiciones, un reclamo. Sus paredes semitransparentes permiten la utilización de la luz y convertirlas en pantallas, o en telones efímeros, o en tejidos dudosos. Es la mezcla de lo sutil, y lo rotundo, lo ligero y lo robusto.
Su tamaño le transforma también en punto de encuentro. Ya no podemos perdernos, nos vemos en el Monot. Allí está el intercambio, la conversación, la sorpresa.
La pieza que proponemos no es solo algo contemplativo, sino que se convierte en motor de actividad, multiplicador de cultura. Algo que interactúa y se mezcla con la tradición, con las costumbres y, a la vez, propone nuevas formas. En definitiva, una propuesta abierta al futuro.
Si llega un día en el que el olvido enturbie la historia, esta pieza hará su trabajo, actuará como antídoto, y pondrá en primer plano el recuerdo y la habilidad de unas gentes vinculadas al territorio. Y no lo hará en un museo, sino en el lugar que le da sentido, como escenario imprescindible de esta historia.
Rafael Rivera / Ana Lloret
Ana Lloret realiza su actividad artística en su estudio-taller ubicado en el barrio de L’Hort de Senabre de València. El germen del Proyecto Monot se desarrolló dentro de sus estudios en la Academia d’Art, ahora reconvertida en Punt d’Art bajo la dirección de Estefanía Muñoz. Para su concreción colabora con Rafael Rivera y Javier Rivera (arquitectura) y Mateo Buendía (ingeniería), siempre con la inestimable ayuda de Luis Zorrilla, presidente de la Cofradía de Pescadores de angula de El Perellonet. Para su exhibición en la Fundación La Posta el proyecto se acompaña junto con un video documental sobre la pesca de la angula con el monot en El Perellonet, una producción de Damià Jordà, realizado por Andrea Alborch y con sonido de Edu Comelles.
Comisariado por Boye Llorens Peters y coordinación de Damià Jordà.
De aparejos y monumentos o acerca del “Monot” de Ana Lloret