Esto es un adelanto (un anuncio previo) de la exposición que íbamos a inaugurar esta semana (8 de noviembre de 2024): “Geomática: Land | Law | Minerals”, de un grupo multidisciplinar de artistas y otros profesionales dedicados al territorio, sudafricanos, un grupo dirigido por Jeannette Unite; una exposición cuya inauguración hemos aplazado dada la situación que estamos padeciendo de inundación y sus secuelas, especialmente en la parte sur de la ciudad de València (más allá del cauce nuevo del Turia) y en muchos otros municipios de l’Horta Sud.

Resolución de la convocatoria "El riego en la ciudad"

Arriba en la pantalla de este screening podéis ver, de Osamu Sato, uno de los artistas creadores de videojuegos presentes en la muestra “Devil Sun: Sobreviviendo al «survival horror» japonés”, su trabajo “Eastern Mind: Lost Souls of Tong Nou” [Mente oriental: Las almas perdidas de Tong Nou]. Bien, en realidad lo que podéis ver es un Full Playthrough, un vídeo que muestra como alguien jugó todo el juego. El juego de verdad se puede disfrutar en La Posta.

En la exposición de videojuegos “Devil Sun: Sobreviviendo al «survival horror» japonés”, comisariada por Aitor de Maenza y Sergio Martín, se muestran trabajos de tres grandes artistas japoneses: Osamu Sato, Kenji Eno y Kikiyama. De Kikiyama no podemos decir mucho, ya que oculta celosamente su identidad. Pero, por lo que se refiere a Osamu Sato y Kenji Eno hay que destacar que, no solo son grafistas y desarrolladores de videojuegos, sino también músicos.

Fundación La Posta – Laboratorio de investigación de la imagen, siempre ha prestado una especial atención a proyectos artísticos que ponían el foco de atención en el territorio y el paisaje. Unas veces el territorio más inmediato (el propio barrio del Carmen) y otras con una perspectiva más amplia. Unas veces con un contenido más antropológico y otras veces centrando la atención en los paisajes.

Al caminar por L’Horta iba recogiendo pequeños vestigios materiales: objetos naturales o desechados. Siempre acompañaba la selección de un vestigio...
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Faitanar/Sociòpolis/La Torre y El Perellonet

La evolución de la mirada sobre el paisaje como objeto de estudio, análisis y referente en el arte a lo largo de los años ha servido a numerosos artistas en el desarrollo de la conceptualización de este. Los fines de esa mirada, antes estancos, en la actualidad son variados e interdisciplinares. La misma concepción del paisaje ha cambiado a lo largo de los siglos hasta llegar a la actualidad donde es el hombre y no la naturaleza la que predomina sobre la construcción de este. Estamos en la era de lo que ya el premio Nobel de química Paul Crutzen denominó “Antropoceno”, punto de no retorno en el cual el hombre es el transformador del medio con un alcance global y geológico.

La exposición “Paisajes entrópicos” es el final del Taller sobre paisaje entrópico, formando parte del proceso de participación pública [simulado] que se ha planteado como parte del programa de dicho Taller, porque así lo plantean todas las normas y protocolos de actuación en relación con la declaración de Paisajes Culturales y Sitios Históricos. Desde esa perspectiva de proceso de participación pública, lo que busca la exposición, como el resto de actividades previstas en el plan de participación pública elaborado por los participantes en el Taller, es transmitir al público la experiencia de la identificación y caracterización de los paisajes entrópicos que hemos ido descubriendo en las diferentes rutas desarrolladas durante el Taller.

El núcleo de población conocido como El Perellonet tiene su origen en la gola del mismo nombre, construida en 1903. Junto a ella se construyó la casa para el encargado y guarda de las compuertas, donde se instaló la familia Blayet, hasta la fecha, que regenta un famosísimo restaurante en el pueblo. También contribuyó notablemente a la formación del núcleo de población, la construcción en 1920 de la carretera Nazaret-Oliva. En los años treinta se empezaron a instalar los primeros pescadores de angulas, en unas barracas muy precarias buscando la proximidad a los viveros de angulas. Esas barracas serían sustituidas luego en tierra firme por las populares casas de pescadores caracterizadas por su cubierta en forma de catenaria invertida, que se pueden ver en el conocido como Grupo de viviendas Marques de Valterra, en honor de quien fue su promotor.